¿Qué es la cultura de la dieta?

Vivimos en un sistema donde se nos imponen unos cánones de belleza imposibles.  La delgadez (en su justa medida) se premia. Esto provoca que pensemos que estando delgadas la vida nos irá mejor, será todo más fácil y se nos abrirán todas las puertas. Bienvenidas a la cultura de la dieta.

En esta cultura (que tenemos tan dentro) lo más importante es adelgazar. Es este sistema el que nos hace temer engordar.  Debido a esto, asociamos el estar gorda con problemas de salud. Eso, amigas, se llama gordofobia. Pero este tema me lo guardo para otro día.

Algunos ejemplos que seguro que se te han pasado por la cabeza alguna vez:

• Clasificar los alimentos en ‘buenos’ y ‘malos’.
• Hacer uso de productos light, bajo en grasa, sin azúcar…
• Saltarse comidas.
• Elegir qué vamos a comer en base a sus calorías.

Todas estas conductas son la consecuencia de vivir en un sistema que nos hace no estar a gusto en nuestros cuerpos. Nunca. Y lo peor es que lo tenemos tan normalizado, que no nos damos cuenta de lo dañinas que son para nosotras.

Vivir pensando en qué vamos a comer para no engordar hace que perdamos la conexión con nuestro cuerpo. No atendemos a sus señales de hambre y saciedad y forzamos la máquina de más con consecuencias a nivel físico y mental.  

No es casualidad que en la mayoría de los trastornos de alimentación haya un largo historial de dietas. De hecho, cada vez se comprueba más que las dietas son la puerta de entrada a los trastornos de la conducta alimentaria.

 Y estaréis pensando: sí Alma, esto ya me lo sé, pero ¿cómo se sale de ahí? Bueno, pues la misma respuesta de siempre: siendo conscientes. Conscientes de todos los mensajes que recibimos sobre nuestros cuerpos. Y volviendo a reconectar con nuestras sensaciones.

Qué dicho así queda muy bonito, pero no es nada fácil. Poco a poco. Si ves que tú sola no puedes, ¡busca ayuda!

Si queréis saber más de este tema, os dejo un par de recomendaciones:

• El libro de El mito de la belleza de Naomi Wolf
• La serie de Dietland, de Amazon Prime.

Y para terminar, os cuento un ejercicio que mando en consulta: cuando vayáis por la calle, fijaros en toda la publicidad que veis (escaparates, paradas de buses, periódicos…) y poned atención a quién va dirigida y qué tipo de cuerpo nos enseñan. Ahí tenéis el ejemplo más claro de a todo lo que estamos expuestas continuamente.

 ¡Nos leemos!